El día del Bando

Mi mujer lo ha conseguido: vestirme de huertano el día del bando de la huerta. Habíamos dos personas que juramos y perjuramos hace tiempo que no consentiríamos en "disfrazarnos" el día del bando, pero se ha cumplido la máxima que un amigo me dijo hace mucho tiempo: "tú harás lo que tu mujer diga".

Las espectativas han sido mejor de lo que me esperaba. Intuía una paliza a andar, pateando las calles de Murcia atestadas hasta las trancas de borrachos disfrazados de huertanos, pero afortunadamente me equivoqué. El día estuvo bastante bien. Empezó en plan Arguiñano, con mi mujer y yo haciendo una empanada para comer, junto con varias cosas que trajeron los demás.

Seguidamente, como mi señora suegra no estaba, me tocó a mi hacerle el tradicional moño huertano a mi mujer, y para ser la primera vez, la verdad es que me salió de puta madre, y encima aguantó todo el dia sin soltarse ni un pelo.

El resto del día fué bastante bien, aunque debo decir, que las medias (o calcetas o como coño quieran llamarse), no es que aguantaran bien puestas mucho. Por no decir que no aguantaron ni tres pasos sin caerse hasta los tobillos. Por un momento, casi me siento como Gordillo.

Aunque el llevarlas subidas hasta arriba, tiene un pequeño problema de irritación en las ingles, cosa que se soluciona con unos cuantos lametazos del compañero que perjuró junto a mí que nunca nos disfrazaríamos.

Aquí nos encontramos todos los que fuímos (menos mi santa, que empuñaba la cámara). A ver si el año que viene, se nos juntan unos cuantos más, como el rojo y el madrileño, con sus respectivas.

Por último, tengo que reconocer que me lo pasé muy bien, y para que conste, aquí os dejo documento gráfico como prueba.