Sigo leyendo

El pasado año lo terminé leyendo la tercera entrega de El capitán Alatriste: El sol de Breda. Debo decir que de las tres que llevo leídas es la que más me ha gustado. Y no solo por que hay más acción sino por que me gusta ver como madura el personaje de Iñigo Balboa, que es en realidad quien narra todas las novelas de Alatriste. También me ha gustado saber que el personaje de Diego Alatriste y Tenorio parece ser que existió y que realmente fué un Cabo de los tercios de Flandes, cuando los españoles nos rajabamos los hígados con cualquier enemigo que no profesase la puta religión católica.

Este año lo he empezado leyendo Cabo Trafalgar, también de Arturo Pérez-Reverte, quien es un escritor que me encanta. Cabo Trafalgar es una novela histórica que cuenta la lija que tragamos los españoles, comandados por un gabacho cobarde e incompetente, frente al almirante Nelson en las aguas de Cádiz. La novela está narrada como si un amigo te estuviese contando una historia sentados en un bar bebiendo una cerveza, motivo que hace que su lectura sea amena y distraída. El único punto negro que le encuentro es que Pérez-Reverte incurre demasiado en los datos técnicos de los navíos, y hay momentos en que no sabes donde coño están recibiendo estopa los buques. Toldilla, alcázar, bauprés, cangreja, gavia, combés, etcétera, son palabras marinas de los barcos de guerra de aquél entonces, que Pérez-Reverte conoce tan bién, ya que ha sido desde muy pequeño un gran aficionado a las novelas navales.

Desde ayer estoy empezando un libro clásico que hace tiempo tenía ganas de leer: Los pilares de la tierra, de Ken Follett. Es una novela que casi todo el mundo ha leído y tiene la mejor publicidad del mundo: el boca a boca. Cuando la termine ya os contaré que me ha parecido.